martes, 24 de enero de 2012

Pobreza y exclusión social. Mercedes Reglero.

Como introducción, la autora explica los diferentes enfoques del término “pobreza”, ya que según con que lentes se observe (ideología, posición social, poder…) y dadas sus múltiples interpretaciones no deja claro lo que se quiere expresar, por ello, nace el término de exclusión social que intenta abarcar la multidimensionalidad del concepto. Después se expone la pobreza añadiéndole los adjetivos de relativa o absoluta, los cuales hacen referencia al poder económico individual y a la satisfacción de necesidades humanas.
-¿qué son entonces las personas que sufren los dos tipos de pobreza?- me pregunto.
-No, señor- me escucho decir- pues si usted no puede cubrir sus necesidades básicas es que no tiene dinero, por lo tanto la pobreza absoluta abarca también la relativa.
-O sea que si tengo dinero mis necesidades básicas se ven cubiertas… uhm, Creo que me sitúo más en el pensamiento de Amartya Sen, el cual afirma que para que las personas cubran ambos aspectos deben tener la capacidad de utilizar los bienes materiales de forma eficaz.
Según esto, mi razón me dice que el desarrollo individual de cada persona, llega mucho más allá de lo me puedan decir unos indicadores, las medias y medidas de diferentes indicadores no van a cambiar mi pensamiento en que a partir de ahora cuando escuche decir la palabra pobre, mi respuesta será, ¿pobre de qué?
Más adelante se determinan cuales son los causantes del cambio de concepto y porque ha evolucionado en exclusión social,  son la heterogeneidad social, esto es, la transformación que ha sufrido nuestra estructura social (diversidad cultural, convivencia familiar, extensión de las etapas vitales…), la transformación del mercado laboral, continua evolución de las tics, así como la necesidad de ser polivalente y presentar un currículo profesional amplio, la inadaptación de la política social, ya que no ha sabido adaptarse a las necesidades y no ha sabido prevenir los problemas actuales, y el cuestionamiento del sistema educativo, visto que el absentismo escolar y la baja cualificación laboral de los jóvenes no disminuye de forma significativa.
Tras especular sobre las características y los causantes de la exclusión, en términos económicos, sociales, familiares, políticos… surge un nuevo término, el de inclusión social, que lo define como la capacidad de un individuo o grupo para mejorar su desarrollo personal y su participación social, y afirma que `para un inclusión positiva es necesaria un ambiente familiar estable, imprescindible trabajar, pues las personas necesitamos sentirnos autómatas en nuestro día a día y por supuesto sentir que somos queridos, relacionarnos con las personas que consideramos amigos, en fin una vida normal y feliz.
¿En serio? Siento ponerme destructivo, pero si la inclusión de hoy en día depende de sí tenemos o no trabajo, estamos un poco “jodidos”, el ambiente familiar que puede haber en las casas no creo que sea el más adecuado si no hay dinero para llegar a final de mes y la hipoteca te va comiendo poco  a poco, y si pensamos en que salir con las amistades y relacionarnos, en la sociedad de hoy en día consiste en salir de bares, copas, cena, centro comercial… cosas que implican dinero, creo que dentro de unos años todos y todas estaremos luchando por una inclusión inexistente, porque… ¿a dónde nos vamos a integrar?, al parecer no todo el mundo puede ser rico, mientras exista el dinero y el poder controlado por este, estamos condenados.

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